Siglo VIII
Las preciadas reliquias del emperador Shōmu que se conservan en el Shōsō-in (Pabellón de los tesoros del templo Tōdai-ji), dan fe del esplendor conocido durante el Período Nara (que abarcó casi todo el s. VIII d.C.). Sin embargo, por lo que respecta a la situación política y social bajo el reinado de los correspondientes emperadores, no puede decirse que fueran unos años tranquilos. Las luchas por el poder, simbolizadas por el llamado incidente de Nagaya, la propagación de enfermedades como la viruela (que segó incluso la vida de los hermanos de la emperatriz Kōmyō) o la revuelta de Fujiwara no Hirotsugu en Kyushu, provocaron un período de diez años lleno de constantes cambios bruscos e incidencias. Probablemente todo esto indujo a pensar al emperador Shōmu que sólo el credo budista podía traer la paz, garantizando la estabilidad del gobierno y la felicidad del pueblo, lo cual le llevó a intensificar todavía más su fe.
Así, en año 749, el emperador dejó claro que había encontrado que el sutra Avatamsaka era el texto más importante de la doctrina budista.
En el año 745, tras volver a asentar el gobierno en Heijō (Nara), comenzó la construcción de la estatua del Gran Buda Vairocana en los terrenos del templo Kinshō-ji, que fue el predecesor del actual templo Tōdai-ji. La colosal imagen de bronce fue realizada en ocho fases y llevó más de tres años, hasta que se vio completada en el 749. El Pabellón del Gran Buda se finalizó en el 751 y en el cuarto mes del 752 tuvo lugar la gran ceremonia de consagración de la imagen.