Hokke-dō
(Sangatsu-dō)
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Tesoro Nacional, Siglo VIII
El Hokke-dō es la estructura más antigua del Tōdai-ji, y se dice que fue construida entre los años 740 y 747. Debido a que la imagen principal que alberga es una estatua de Fukū Kensaku Kannon, antiguamente el Pabellón era conocido como Kensaku-dō, pero desde que surgió la costumbre de realizar ahí la ceremonia del Hokke-e (Lectura del sutra del loto) en el tercer mes del año, pasó a ser conocido como Hokke-dō (Pabellón del loto). El Pabellón se divide en dos partes, donde la trasera se conoce como la Sala de las Imágenes (Shōdō), y la delantera por Sala del Culto (Raidō). Originalmente se trataba de dos edificios independientes construidos en paralelo, pero la Sala del Culto actual es una reconstrucción de 1199 a cargo de Chōgen que está conectada con la Sala de las Imágenes. El Hokke-dō era un elemento importante dentro del complejo original del Kinshōsan-ji, el predecesor del Tōdai-ji y se dice que fue aquí donde tuvo lugar por primera vez en Japón la lectura del sutra Avatamsaka. Las estatuas que reposan en su interior nos retrotraen al esplendor del Período Nara.
Atención
Se prohibe tomar fotografías, hacer dibujos o utilizar dispositivos de iluminación adicional en esta sala.
Las estatuas budistas del Hokke-dō
En un espacio tan reducido como el del Hokke-dō se reunen diez estatuas que datan del Período Nara, todas ellas reconocidas como Tesoros Nacionales, destacando la figura principal de adoración, Fukū Kensaku Kannon. La atmósfera creada por este conjunto de imágenes invita al espectador a sumergirse en el solemne “mundo de los Budas”. Estas figuras tan imponentes condensan la esencia del concepto artístico de escultura propio de la era Tenpyō (729-749 d.C.) en que se realizaron: Fukū Kensaku Kannon, que accedió a salvar a todo aquel sufre ya suponga el esfuerzo que suponga; los dos ominosos Kongō Rikishi con sus expresiones de furia y sus cabellos en punta; los Cuatro Reyes Divinos, con sus expresiones diversas, protegiendo cada uno a su manera el mundo de Buda; o también la imagen secreta de Shukongōjin (Vajrapāṇi Yakṣa, que se exhibe de manera especial el 16 de diciembre), que empuña un vajra y protege a la gente de los enemigos de Buda. Los colores de esta última figura se conservan tan vívidos como cuando fue hecha. Antiguamente, a ambos flancos de Kensaku Kannon había dos estatuas, supuestamente las de los bodhisattvas Nikkō y Gakkō. Hoy día, con objeto de protegerlas de los terremotos, estas dos estatuas, junto con las de Kichijōten y Benzaiten, han sido trasladadas al Museo Tōdai-ji.
Durante los trabajos de restauración de alguna de las esculturas y del altar del Hokke-dō, que tuvo lugar entre los años 2010 y 2013, se produjeron nuevos descubrimientos. Entre los más importantes, destaca el hallazgo bajo el nivel inferior del doble pedestal octagonal de la estatua de Kensaku Kannon de trazos de otros pedestales octagonales, armaritos y una tablilla con sutras (véase fotografía). Los especialistas creen que en los tiempos en que fue erigido el Pabellón por primera vez, las siete figuras de arcilla —las de Nikkō y Gakkō (probablemente concebidos como Bonten y Taishakuten), los Cuatro Reyes Divinos que ahora están en el Kaidan-in, y Shukongōjin— estaban emplazadas en el nivel inferior del doble pedestal octagonal. También se cree que las ocho grandes estatuas de Bonten, Taishakuten, los Cuatro Reyes Divinos, y los dos Kongō Rikishi fueron alojadas en el Hokke-dō después de que las figuritas anteriores hubieran sido emplazadas.